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Una nueva revolución se acerca, SLEDM, impresión en metal por leds, una vuelta de tuerca a un sistema que parecía no tener más evolución.
La impresión 3D de metal se puede realizar con láser, Selective Laser Melting (SLM), o por un arco voltaico, Electron Beam Melting (EBM), y también pegando polvo metálico con un aglutinante (binder jetting) y luego sinterizando la pieza.
Estos son los métodos más utilizados y convencionales, aunque existen otros que utilizan arcos voltaicos gobernados por campos magnéticos o que funden filamento metálico con láser, como la Meltio.
Pues por si todo esto no fuera suficiente ahora ha nacido un sistema nuevo, ideado por la Universidad de Tecnología de Graz, Austria, denominado Selective LED-based Melting (SLEDM).
En este sistema se utiliza polvo metálico que también se funde para formar la pieza capa a capa, pero en este caso la fuente generadora de energía no es un láser o un arco voltaico, sino una matriz de diodos led con unas lentes de enfoque creada por la empresa Preworks.
La nueva impresora 3D de metal, al contrario que una SLM, no utiliza un único láser que va dibujando el contorno de la capa (como si hicieras un dibujo con un rotulador siguiendo unos puntos), por lo que cuanto más grande es la pieza -en longitud, no en altura- más tiempo tarda en formarse la capa.
En este caso la impresora con el sistema SLEDM proyecta una imagen en toda la capa al mismo tiempo -el slice-, fundiendo el polvo de toda la capa al mismo tiempo y al instante, como si fuera una DLP, pero en lugar de solidificar resina solidifica polvo de metal.
Es la misma diferencia que hallamos entre una impresora SLA Form3 y una DLP (o MSLA); ambas solidifican resina pero mientras que la primera dibuja toda la capa con un único haz láser siguiendo el contorno, en la segunda se proyecta toda la imagen de la capa completa.
Por ello las DLP-MSLA son mucho más rápidas que las impresoras láser SLA (o SLS) y, en este caso, la impresora de metal SLEDM es mucho más rápida que una EBM o una SLM.
Pero, además, hay otra diferencia, y es que la impresora SLEDM imprime la pieza al revés que en una SLS o una SLM. Esto es, la fuente de luz led, al igual que en una DLP convencional, se halla bajo la cubeta, en este caso, de polvo metálico.
O sea, que la pieza creada no está oculta y hundida entre el polvo metálico, como suele ser habitual en las SLM (o SLS en el caso de plástico), sino que está a la vista.
Os preguntaréis cómo consigue dibujar detalles en el metal. Pues la fuente de luz led tiene unas lentes que enfocan la luz y son capaces de dibujar detalles de 50 micrones, una barbaridad para una impresora de metal.
¿Y comparada con una SLM, es más rápida? Sí. Este tipo de impresora que funde polvo de metal con leds es 20, si veinte, veces más rápida, toda una revolución.
Seguramente estaréis pensando en una impresora que también utilizaba una matriz con un millón de leds, la Láser ProFusion, pero no, nada que ver.
No esperéis que el SLEDM llegue al mercado doméstico… Ha sido pensado para revolucionar la industria automovilística, médica y aeroespacial.
Un gran salto adelante que permitirá fabricar una pieza de metal en un par de horas en lugar de un día.
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