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Cuando tienes una cadena de producción y necesitas ganar tiempo y reducir los gastos, verás que ahorrar con la impresión 3D es la solución.
Si fabricas maquinaria y necesitas piezas plásticas, el camino habitual es encargar un molde para inyección plástica y fabricar miles de piezas hasta amortizar el molde.
Este proceso tiene sus pros y sus contras. Su lado positivo es que el coste de cada pieza es muy reducido, pero su lado negativo es que la empresa está «esclavizada» a rentabilizar el molde, por lo que debe de agotar la vida útil del molde antes de crear un nuevo modelo.
Un molde para inyección plástica es muy caro y te obliga a mantener vivo el diseño de la pieza que produce, aunque ésta ya esté desfasada, y todo ello para amortizar los costes del molde.
Y si contamos el desarrollo de los prototipos, los costes se incrementan y, sobre todo, los tiempos hasta alcanzar la producción.
Otro tanto se puede decir si utilizas piezas mecanizadas por CNC, ya que la producción es más lenta y también sujeta a producir determinadas cantidades. Amén de que se desperdicia mucho material, y eso tiene un coste.
Con la impresión 3D el coste unitario de cada pieza es más elevado, pero tiene la gran ventaja de ser 100% flexible, es decir, que no estás obligado a amortizar un molde y a mantener en producción una pieza obsoleta.
Con la impresión 3D puedes cambiar el diseño de la pieza al instante, por lo que su diseño evoluciona mucho más rápida y fácilmente, ofreciendo al cliente un producto 100% actual y adaptado a sus necesidades. Pasas del prototipo a la pieza final en días, en lugar de semanas o meses…
Otra gran ventaja es que es fácil adquirir una impresora 3D FDM industrial e incorporarla a la cadena de producción en la misma empresa, algo que sería imposible de imaginar con una maquinaria de inyección plástica o de fresado.
Ya hay muchas empresas que han comenzado a adoptar la impresión 3D para ahorrar tiempo y dinero. Es el caso, por ejemplo, de la empresa barcelonesa NGNY, dedicada a la fabricación de maquinaria para análisis clínicos.
Gracias a la adopción de la impresión 3D –han adquirido impresoras FDM Sigma de BCN3D– sus costes en tiempo y dinero se pueden cifrar en miles de euros. Según NGNY se ahorran 40.000 euros anuales.
Con estas impresoras fabrican piezas que incorporan directamente a su maquinaria -las piezas blancas que podéis ver en la foto del artículo-, y que pueden rediseñar para mejorarlas en cualquier momento.
Con una granja de impresoras funcionando 24 horas al día puedes producir tus propias piezas, acelerando el proceso productivo con una mínima inversión, y ahorrando costes.
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